Beneficios del entrenamiento de fuerza en el proceso de envejecimiento

Todos envejecemos y hacerlo no nos debería privar de seguir nuestros entrenamientos de fuerza.

<strong>Beneficios del entrenamiento de fuerza en el proceso de envejecimiento</strong>

Beneficios del entrenamiento de fuerza en el proceso de envejecimiento

Todos envejecemos y hacerlo no nos debería privar de seguir nuestros entrenamientos de fuerza. A pesar de esto, que debería estar muy claro, alrededor de este tema hay muchos mitos y, paulatinamente, dejamos de entrenar la fuerza hasta que terminamos en el sedentarismo o los paseos y actividades aeróbicas que podemos encontrar en piscinas y gimnasios. Ejercicios de fuerza ninguno. Y precisamente deberíamos potenciarlos.

El entrenamiento de fuerza es importante para prevenir la pérdida de masa muscular que normalmente acompaña el proceso de envejecimiento y tiene un gran impacto sobre el sistema músculo-esquelético, fortaleciendo nuestros cuerpos y evitando así la fragilidad y las temibles caídas.

Esto, sin tener en cuenta el impacto emocional que tiene en la persona. Sentirse autosuficiente y libre para hacer lo que uno quiera sin necesitar de ayuda de bastones o de otras personas, refuerza la autoestima y previene el desánimo y la frustración que causa la dependencia.

Principales beneficios del entrenamiento de fuerza en la vejez

Como hemos visto, el entrenamiento de fuerza tiene una gran repercusión en nuestro organismo, ahora desgranamos algunos de los efectos más beneficiosos:

Efecto antienvejecimiento: El entrenamiento de fuerza es muy útil para combatir los efectos negativos asociados al envejecimiento fisiológico de nuestro cuerpo. 

Previene la sarcopenia: La sarcopenia es la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos en los adultos por el envejecimiento. Los síntomas incluyen debilidad, cansancio, falta de energía o problemas de equilibrio, entre otros.

Previene la osteoporosis: La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por la disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida de tejido óseo normal. El entrenamiento de fuerza no solo frena esta pérdida de densidad ósea, sino que puede incluso incrementarla.

Previene las fracturas óseas: A mayor masa muscular, menor debilidad. Además, mejoras el equilibrio y minimizas las caídas.

Reduce el dolor de espalda y de las articulaciones: Con la edad es normal que aparezcan dolores asociados al envejecimiento y el trabajo de toda una vida. Aun así, podemos mitigar estos dolores con un buen trabajo de fuerza.

Previene enfermedades comunes como catarros o resfriados: Estar en buena forma física nos fortalece frente a enfermedades comunes y otras dolencias menores.

Reduce el estrés y la ansiedad: Con la segregación de endorfinas mejoramos el estado de ánimo y reducimos los efectos negativos tanto del estrés como de la ansiedad.

Reduce la presión sanguínea: Los entrenamientos de fuerza reducen la presión arterial, reduciendo a su vez el riesgo de ataque o insuficiencia cardíaca.

Mejora el bienestar emocional: Todos queremos sentirnos fuertes, bien con nosotros mismos e independientes. 

Rutinas de entrenamientos de fuerza

De la misma manera que los entrenamientos de fuerza son importantes para nuestra salud, también lo es proponernos objetivos asequibles. Si llevamos tiempo de inactividad, no podemos empezar como locos a levantar pesas y hacer ejercicio. 

En nuestra rutina diaria hay montones de tareas que podemos integrar en nuestro entrenamiento inicial: empezar con paseos diarios, evitar siempre que sea posible el uso de ascensor, llevar la compra sin carros, etc. Paulatinamente, y siempre con la ayuda de un experto, iremos adaptando los ejercicios a la mejora del estado físico para llegar a objetivos más demandantes.

Si quieres aumentar tu independencia, empieza a invertir tiempo en tu salud, a poco que trabajes vas a notar una mejora notable.

RECUERDA:

El entrenamiento de fuerza es importante para prevenir la pérdida de masa muscular que normalmente acompaña el proceso de envejecimiento